La muerte de los periódicos

El señalar una fecha como la desaparición de un medio que ha ayudado a forjar la identidad de occidente me parece –por decirlo menos- un poco aventurado.
El sistema de vida al que pertenecemos no se acaba, y quizás no se acabará. Solo mutará. Esto es lo mismo que podemos observar en los dos mas importantes medios electrónicos chilenos, que si bien nacen como una copia de los medios impresos y se dedicaban a mostrar un “refrito”, cambiaron sus formatos hacia un desarrollo mas independiente de las noticias. En muchos casos, son los “punta de flecha” del periodismo, que desarrollan notas que mas tarde aparecerán en la edición impresa. Cierto es que aún no existe una total independencia del periódico escrito, posiblemente porque siguen bajo el alero de medios tradicionales, que a riesgo de dañar su nombre (su santa imagen) mantienen una ingerencia directa sobre sus ediciones digitales. Son esas dos corporaciones (COPESA y El Mercurio SAP) quienes deciden los nombres de los directores y editores que –seguramente- mantendrán la línea editorial tal cual. El statu quo les favorece.
Por otra parte, son los nuevos medios los mas favorecidos con esta “ola digital” que vivimos. Fácilmente se encaraman de páginas que permiten desarrollar sitios web, y con muy poco presupuesto pueden crear una vitrina a sus actividades.
La aplicación de herramientas de la Web 2.0 (como en la subida de fotos y videos por parte de usuarios) no siempre permite un buen desarrollo del ahora llamado “periodismo ciudadano”. Así como un nuevo medio puede publicar una gran noticia presenciada por un usuario cualquiera, también puede ser la fuente para echar a correr con fuerza rumores irresponsables que pueden causar mas daño que bien.